Hace algunos años, una hermana en Cristo nos invitó a una reunión pastoral; en ella nos encontramos en un ambiente de diferentes formas de liturgia y enseñanzas doctrinales, pero todos con el deseo de formar un grupo afín en la fe, la esperanza, etc.

Varias reuniones se convocaron con posterioridad, pero con el paso del tiempo se fue disolviendo el afán de reunión al no encontrar una homogeneidad en los anhelos del grupo de Pastores, lo que origino que el grupo se dispersara.

Un día, en el año 2017, tres Pastores se reunieron con el propósito de convivir: se inició con carne asada, un suculento placer en medio de la ardua tarea de dirigir a sus congregaciones, pero se dieron cuenta de que el propósito no era solo la camaradería, sino el llamado especial a servir, pastorear y liderear a los llamados por Dios y Cristo a dirigir a la Iglesia en el municipio de Tlajomulco.

Se invitó a otros Pastores a que formaran parte del grupo, algunos se sumaron, otros se retiraron, otros querían ser protagónicos, pero esa, en definitiva, no era la finalidad de reunirse. Se necesitaba un compromiso mayor, conforme a lo que Dios quería del grupo, fue ese el momento en que nació el primer intento de un Consejo Pastoral, el cual inició con una pequeña Mesa Directiva; el tiempo ha ido permitiendo que se hayan ido sumando otros Pastores.